Como no estoy convenientemente "blackberrizado" RIM España me ha dado estos días -estoy cubriendo la feria Blackberry World- una Bold 9780. ¿Resultado? Me he pasado toda la noche tratando de apretar en la pantalla, que no es táctil, en lugar de usar el teclado. Confieso que últimamente me pasa también con el portátil.
Lo cierto es que RIM y lo táctil han tenido siempre una relación difícil. Ninguna de las Storm ha logrado un peso importante en el mercado. Torch es el dispositivo más refinado en estos usos pero no creo que sea el mejor terminal de su catálogo.
Bold, en cambio, es el teléfono que mejor mantiene la esencia de la marca y posiblemente el más atractivo de cara a los usuarios pero hasta ahora confiaba solamente en el teclado y el cursor como forma de control.
Ayer la compañía anunció una nueva versión, la Bold 9900, que creo quepor primera vez combina de forma exitosa la pantalla táctil con el teclado QWERTY. Sólo he podido usar el dispositivo durante unos minutos, pero la respuesta de la pantalla, la densidad de pixeles -271 ppp, cercana a los 326 ppp del iPhone 4, aunque la pantalla es más pequeña- y el nuevo sistema operativo, BlackberyOS 7 se unen para crear una experiencia que por fin esta a la altura de lo que se esta viendo en Android o iOS en cuanto a respuesta de la interfaz de uso.
Para quienes tengan un dispositivo Blackberry con BlackberryOS 6 la apariencia de la versión 7 es bastante similar pero el nuevo motor gráfico hace que las transiciones y movimientos sean mucho más suaves. La navegación web es la que más se beneficia. Ahora las paginas cargan realmente rápido y es mucho mas intuitivo moverse por ellas o hacer zoom en una determinada parte. Y por supuesto hay nuevas funciones, aunque no he podido probarlas. Una de las mas interesantes es Blackberry Balance, un sistema que hace posible un uso dual -personal + profesional- del mismo dispositivo, prohibiendo por ejemplo cortar y pegar información de un email de trabajo en uno personal o compartimentando el uso de las aplicaciones.
El 9900 es por ahora el único teléfono que es capaz de ejecutar esta versión de BlackberryOS que en principio RIM no piensa hacer compatible con modelos anteriores. Mi sospecha es que tiene que ver con la potencia gráfica que requiere el nuevo sistema. El teléfono tiene un procesador a 1,2 Ghz, 8 GB de memoria ampliables con tarjetas microSD, GPS y por supuesto una cámara que en este caso alcanza los 5 megapíxeles y puede grabar video en HD (720p). Es también el primer Blackberry con NFC, una de las tecnologías que, se supone, va a ser protagonistas del mundo móvil durante los próximos años. RIM ha puesto un gran interés en el diseño del terminal, el mas delgado fabricado hasta la fecha por la compañía, de solo 10 mm. de grosor. La batería es de 1.250 mah pero por supuesto eso no quiere decir mucho, habrá que esperar a ver en cuantas horas de uso se traduce. Llegará a España bien entrado el verano (léase septiembre).
De la presentación a la prensa de ayer -el congreso arranca formalmente hoy- me quedo con que hay un gran interés en RIM por expandir Blackberry hacia el mercado personal y alejar la marca del entorno puramente empresarial. Esto no era un secreto y como estrategia lleva mucho tiempo implementada, aunque los resultados han sido dispares. En mercados como España RIM ha conseguido una penetración sorprendente entre el público joven pero en EE.UU. sigue siendo una marca asociada a la empresa.
Por ahora creo que sus mejores creaciones son las que se siguen centrando en lo que RIM sabe hacer bien, que es el teléfono profesional. Esta Bold 9900 es el mejor ejemplo y un buen contendiente ahora que Android e iOS empiezan a colarse en la empresa. El hecho no ha pasado desapercibido para le compañía candiense, que ayer anunció precisamente la compra de ubitexx, una compañía centrada en el software de control y gestión de dispositivos multiplataforma. Las próximas herramientas de RIM para los departamentos de IT (Blackberry Entrprise Server), de hecho, permitirán controlar también iPads e iPhones para los empleados. Quién lo hubiera dicho hace solo dos años.
