Una cookie (galleta en castellano) es un fragmento de información que se almacena en nuestro disco duro, a través de nuestro navegador (programas como Internet Explorer, Mozilla Firefox o Safari, entre otros), cada vez que visitamos una página web. Esta información puede ser recuperada por el servidor en posteriores visitas, para que nuestra navegación sea "más personalizada".
Las cookies son una serie de datos que quedan registrados en nuestro navegador, y que informan a las páginas webs de nuestros gustos y nuestras tendencias. Por ejemplo, si nos gusta mucho la tecnología de consumo (y pasamos mucho rato visitando blogs que contienen información sobre este tema), lo más seguro es que cuando entremos en la web de un periódico, nos encontremos con un anuncio de una determinada empresa que vende estos productos. La "magia" se debe a que en nuestro ordenador han quedado registrado estos datos, en forma de cookies.
¿Nos lo hacen más fácil?
Su función se supone que es la de facilitarnos la vida (en forma de acercarnos a productos o a una experiencia de navegación más "personalizada") pero ese espíritu de conocer previamente nuestros movimientos también puede ser consideradas como un ejemplo de violación de nuestra privacidad. Por eso mismo, todos los navegadores permiten su borrado.
También es importante señalar que algunos virus acceden a nuestro ordenador a través de las cookies. Para combatir este tipo de "infección", lo más recomendable es tener instalado un antivirus con su base de datos actualizada.
¿Son todas las cookies iguales?
No, hay que diferenciar dos tipos: las cookies tradicionales o HTML y las tipo Flash. Las HTML almacenan datos muy simples sobre nuestros hábitos de navegación (como los expuestos anteriormente) y suelen tener una fecha de caducidad, lo que implica que se pueden llegar a borrar automáticamente.
Las tipo Flash, son más complejas: almacenan otros datos más extensos, sobre nuestros hábitos de consumo y navegación. Por ejemplo, si hemos realizado con nuestro ordenador una compra en una determinada tienda de ropa, veremos en otras páginas anuncios de ropa similar. Las cookies Flash no caducan y no se pueden borrar como las cookies tradicionales.
¿Cómo borrarlas?
- Cookies tradicionales o HTML: En Internet Explorer, seleccionamos herramientas-general. Pulsamos sobre la pestaña borrar del epígrafe Historial de Navegación. Elegimos cookies y clickamos sobre "borrar". En Mozilla Firefox, vamos a Herramientas-Limpiar el historial reciente, pulsamos en detalles y comprobamos que la opción "Cookies" está señalada. Pulsamos en Limpiar ahora, y ya está.
- Cookies Flash: las herramientas tradicionales de nuestros navegadores no sirven para borrar estos datos. Sólo se puede hacer a través esta página web especial de Adobe, la empresa creadora de la tecnología Flash. Aunque el panel de control que aparece en dicha página pueda parecer una imagen como cualquier otra, en realidad es un panel de control de nuestro propio ordenador. Desde él, podremos borrar las cookies flash. Para ello, pulsamos en la pestaña "Configuración de almacenamiento en sitios web". Allí, podremos eliminar las cookies de una determinada página, o todas las cookies flash que hayamos ido guardando, procedentes de todas las webs que hayamos visitado y utilicen esa tecnología.
Para prevenir el futuro almacenamiento de estas cookies, debemos acudir a la opción "Configuración global de almacenamiento" y quitar el permiso a la opción "Permitir el acceso a terceras partes del contenido Flash almacenado en su ordenador".
Consideraciones finales
Hay que tener en cuenta que después de borrar las cookies o denegar el almacenamiento de estas, nuestra experiencia de navegación puede cambiar drásticamente. Muchas páginas necesitan poder tener acceso a nuestras cookies para que podamos acceder a ellas. En otras, tendremos que escribir nuestra contraseña de acceso o el nombre de usuario cada vez que entremos.
Fuente: Yahoo.com