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miércoles, 15 de junio de 2011

Un móvil para el baile social



Dos razones por las que hoy toca hablar de HTC, las dos distintas pero muy relacionadas. 
La primera es que la compañía taiwanesa, una de las que más ha ganado en el terreno de la telefonía móvil en los últimos años, ha traído a España el ChaChaCha, un teléfono pensado con Facebook como eje central. El terminal se llama ChaCha fuera de nuestras fronteras pero por razones evidentes en España se le ha puesto un nombre con más ritmo. llega justo tras anunciar Facebook que ha superado la barrera de los 15 millones de usuarios en España, que se dice pronto. 
Chachacha es un teléfono Android, pero algo diferente a otros modelos del mercado. El sistema operativo de Google se queda de actor secundario y el protagonista es la integración con Facebook, que incluso tiene una tecla dedicada en el teclado (¡físico! rara avis) del dispositivo. Sale a la venta este verano en exclusiva con Orange por cero euros con su correspondiente contrato y la duda es si hay un mercado para este tipo de terminales ahora que los móviles avanzados superan el 25% de penetración en el mercado y en todos se puede instalar una aplicación de Facebook nativa. Un truco interesante del ChaChaCha: el teléfono ajusta el volumen del timbre según las condiciones en las que se encuentre. Si detecta que está en un bolso, por ejemplo, lo sube de forma automática.
Una duda muy legítima es que cabrá esperar en el calendario de actualizaciones de un móvil tan específico y que prácticamente se ha diseñado a medida. La otra razón para hablar de HTC hoy es precisamente la de las actualizaciones. La compañía ha confirmado que su terminal Desire no podrá ser actualizado a la última versión de Android (Gingerbread) de forma oficial. El teléfono tiene 15 meses de vida y la idea de Google, al menos tal y como la expresaron en la reciente conferencia Google I/O, es que los fabricantes más importantes se comprometan al menos a 18 meses de actualizaciones.  
El problema, como de costumbre, está en la capa de interfaz de usuario creada por los fabricantes, en este caso HTC Sense. Para ellos es importante crear este tipo de añadidos (es lo que les diferencia de otras marcas) pero para los usuarios los retrasos y cancelaciones en actualizaciones son más dolorosos. 
Hay un punto interesante que traer al debate y es hasta que punto, más allá de las actualizaciones de seguridad, merece la pena estar actualizado a la última versión de Android si se hace a costa del rendimiento del teléfono.  Es decir, ¿están los usuarios dispuestos a tener un terminal más lento o al que le cueste mover más ciertas aplicaciones a cambio de estar en la versión más reciente o es preferible una versión en la que todo vaya más fluido aunque esté un paso por detrás?. La mayoría de los usuarios de smartphones pueden considerarse tecnófilos y saben bastante sobre su teléfono pero conforme el móvil inteligente avanza llega a las manos de un público menos preocupado por esos detalles y que lo único que quiere es que su terminal funcione de la forma esperada para el uso básico del día a día. El ChaChaCha encaja a la perfección en ese mercado.